Para tomar una decisión, es necesario un buen estudio, análisis y diagnóstico de la información. La importancia de la información para una buena comunicación empresarial se basa en distintos factores, y en la sociedad que vivimos, una buena estrategia de comunicación es más esencial que nunca. Vivimos en una sociedad saturada de información, en la que ésta es de mala calidad, sesgada, inútil o nula. Un buen estudio de la información, su análisis y su diagnóstico genera un aumento de la calidad de la misma.
No es desacertado hablar de “infoxicación”, un término que define la realidad de la información hoy día.
La realidad de lo inmediato en la que estamos inmersos, hace que dediquemos poco tiempo a la formación. Sin formación, no hay criterio propio, y sin criterio propio no hay resistencia a las llamadas “fake news”. En el ámbito empresarial, el análisis de la información ha tomado un cariz casi obligatorio. Esto es así porque si una empresa comunica sin tener la información adecuada puede cometer errores de bulto con el coste reputacional que eso conlleva. Esto trae consigo una volubilidad del carácter de las personas y su vulnerabilidad ante determinadas noticias, sin saber analizar, creeremos todo lo que nos cuenten, porque sin formación, nadie se pregunta por la verdad. ¿Cómo se podría hacer un plan de comunicación con su respectiva estrategia de comunicación detrás, sin haber analizado y estudiado la información de que disponemos? La mala información provoca una mala percepción de la realidad, que no aporta valor ni a la empresa ni al cliente. ¿Sabemos interpretar esa información? ¿Ésa información es veraz? Una empresa con futuro, una empresa que logra estar en la mente del consumidor, es aquella que logra comprender y satisfacer a sus clientes en algunas de sus necesidades, sin olvidarnos en ningún momento que los clientes son el motor que mueve nuestra empresa. Sin información de calidad, ¿cómo vamos a llegar hasta ellos?