El prestigio de una marca no depende de los resultados económicos, del tamaño, del volumen de ventas, de la calidad de sus productos o de sus líderes. En un mercado, tan competitivo como el actual, todos los grupos de interés exigen una experiencia relacional óptima.
El prestigio de una marca actualmente depende de los valores percibidos que se asocian a la misma, la falta de un estudio, análisis y diagnóstico sobre los intangibles que configuran mi marca, alineados con todos mis públicos, puede determinar el éxito o fracaso de toda la institución a largo plazo.
El esfuerzo y recursos que una compañía dedique a esta definición se transformarán en su mejor activo en el mercado. La cuestión clave es dar respuesta con rigor a cada una de las preguntas: ¿qué valores corporativos se asocian a mi marca, empresa, institución o persona? ¿Cómo son percibidos por los distintos grupos de interés, empleados, clientes, proveedores, etc…?, ¿están alineados con la estrategia corporativa? Una respuesta basada en un estudio riguroso de estas preguntas, traerá como resultante contenidos de calidad para la definición de la estrategia adecuada.
Al igual que las personas son únicas, las empresas e instituciones son únicas.
y serán genuinas en la medida de que haya una definición profunda de los valores corporativos asociados.
Miguel Ángel Arroyo